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Expedició ACKON-CAUAK 97
Centre Excursionista d'Arenys de Mar
L'edició d'aquest dissabte 18 de gener de Los Andes de Mendoza portava dues cròniques dels actes commemoratius del centenari de la primera ascensió de l'Aconcagua. Per una banda recollia el testimoni dels quatre muntanyencs que van fer el cim el mateix dia del centenari. L'altre notícia fa referència a Dave Zürbriggen, el besnet de Matthias Zürbriggen, que ha participat activament a la celebració.
100 años después
Expedición al Aconcagua del Ejército Argentino Después de la cumbre, el abrazo con las familias
Fueron ocho voluntades, pero sólo cuatro lograron conquistar, el 14 de enero, la cima del "techo´´ de América. También concretaron el primer contacto telefónico -con un celular- en altura. Ayer regresaron a Puente del Inca y LOS ANDES fue testigo del encuentro.
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La idea era coronar la cumbre del Aconcagua en una fecha tan especial como lo fue el centenario de la primera conquista. Y realizar un merecido homenaje al sargento Martínez, dueño del peñón de altura. Ambos proyectos se concretaron.
El 14 de enero, el suboficial principal Moisés Oscar Serapio, los sargentos ayudantes Danilo Barroso y Luis Robledo y el subteniente Jesús Eduardo Aguinaga subieron al cerro mayor de América.
Y así la expedición al cerro Aconcagua del Comando de la VIII Brigada de Montaña, que también integraban el teniente primero Sergio Ricardo Ríos Ereñú, los suboficiales Adrián Paulucci y Ricardo Roa y Carina Tonelli, concluyó con éxito su misión.
Para el recuerdo quedaron cientos de anécdotas, temores y alegrías. El regreso se concretó en forma escalonada y ayer se reencontraron con sus familiares directos en Puente del Inca.
El proyecto contó con el auspicio de Unifom y Laybo SA, y desde la cumbre los andinistas lograron contactos telefónicamente -con aparatos celulares- con la radio Andes FM y también con la provincia de Santa Fe, en donde reside la esposa del sargento Martínez, hombre que desde hace 50 años es recordado en un lugar tan especial como el peñón que lleva su nombre, a unos 6.800 metros de altura.
Ocho horas
Después de un periodo de aclimatación, oportunidad en que ascendieron los cerros Banderita Sur y Santa Elena, la expedición del Comando de la VIII Brigada encaró la cumbre el martes 14, a las 7, desde el campamento de Piedra Blanca (entre Berlín e Independencia) y fueron 8 largas horas para llegar a la cumbre.
"Fue un momento especial único. Gracias a Dios lo logramos. Y la emoción más grande fue poder hablar por teléfono con mi esposa (Estela Velázquez), pero dije hola y se me hizo un nudo en la garganta...''.
El comentario pertenece al sargento ayudante Danilo Barroso, mendocino de nacimiento, después de su primera cumbre en el Aconcagua.
Toponimia
Y por aquello del estudio del origen y significación de los nombres propios del lugar, la expedición del Comando de la VIII Brigada de Montaña concretó un merecido homenaje al sargento Martínez, cuyo nombre identifica al peñón de más altura.
Y como antes Pujato, Nazar, Huerta, Fretes o Plantamura, estos hombres del Ejército Argentino de hoy dejaron en una placa el reconocimiento a aquéllos y vía telefonía celular pudieron dialogar con la esposa de aquel sargento, hoy radicada en Rosario, que recibió el llamado con tanta emoción, por el reconocimiento, como lágrimas por el origen (casi 7.000 metros de altura) de la llamada.
Y aquí en Puente del Inca, el abrazo con esposas y madre (Rosa, en el caso del subteniente Aguinaga) se extendió más allá del viento y los recuerdos.
Fue una nota diferente, hecha en un lugar distinto, pero tan cerca del Aconcagua, como el hombre que ahí llega de la presencia de Dios.
Partió Dave Zürbriggen
Un siglo los separa, pero el Aconcagua los unió
Desde el 14 de enero en la cumbre del Aconcagua ondean, hermanadas, las banderas argentina y suiza. La celeste y blanca representa a nuestra tierra, madre del Aconcagua y la segunda, a la nacionalidad del primer hombre que lo venció. Después de un siglo, entre le cielo y la montaña, Matthias y Dave Zürbriggen se encontraron en el recuerdo. |
Cuando Matthias Zürbriggen ascendió el Aconcagua, jamás imaginó que cien años después un bisnieto suyo caminaría sobre esas mismas huellas.
Esta historia comenzó hace mucho tiempo, cuando Dave era pequeño y escuchaba hablar de su antepasado, aquel hombre que había subido hasta la cumbre más alta de América. Como sentía un interés especial por este hombre que admiraba en la distancia del tiempo, preguntó a su familia, pero las respuestas no fueron suficientes.
Un día de hace seis meses, navegando por Internet, indagó sobre su osado bisabuelo. Se hizo la magia, allí encontró la página sobre el Cerro Aconcagua que Recursos Naturales del gobierno de Mendoza instaló en la red mundial. Inmediatamente se contactó con los jóvenes que la habían diseñado, Lucas y Mariano Soler, quienes lo invitaron a participar en los festejos programados para conmemorar los cien años de la primera ascensión.
La montaña lo esperaba. Allí se dirigió el 4 de enero guiado por el mayor Valentín Ugarte (representando al Ejército Argentino y a la ``Escuela Provincial de Guías de Alta Montaña coronel Valentín Ugarte''), Víctor Herrera y Adriana Domínguez. Cien años lo separan de la aventura que concretó su bisabuelo, pero, el aire, el viento, el sol y la luna, no han cambiado.
En Nido de Cóndores, a 5.500 metros, Dave Zürbriggen entregó los testimonios de cumbre a sus guías, quienes, junto al grupo de andinistas que los acompañaban -Marcelo Casabella, Lucas Soler, Walter Schechtel, Mauricio Romero y Carlos Rassol-, contrajeron el compromiso de depositarlos en la cumbre.
El mismo día en que fuera conquistada por primera vez, el 14 de enero a las 16 horas, llegaron a la cima. En ella desplegaron las banderas argentinas y suiza, y en esa inmensidad le ofrecieron un minuto de silencio al primer guía que conquistó la montaña, donde dejó para siempre su espíritu.
Hoy Dave emprendió el regreso a su San Antonio natal, en el estado de Texas (Estados Unidos).
Podeu contactar amb l'expedició a través del correu electrònic.
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